Argentina: Otra escena es posible

Posteado el sábado a las 15:09 por Sujeto de la Historia

Vivimos en una época de pantallas; estamos habituados, ya de modo casi mecánico, a percibir el mundo y la realidad, filtrados por nuestras pantallas.
Las imágenes han ido ganando cada vez más terreno, y ciertos medios, como el televisivo, se tornaron conquistadores de los hogares. Conquista que no por incruenta dejó de ser eficaz en la transmisión de ciertos discursos, en el modelamiento de corrientes de opinión funcionales a determinados intereses económicos y políticos.

Así, para muchas personas, y con las variaciones propias de cada singularidad, estas pantallas representan el escenario donde se despliega el espectáculo del mundo.

Como todo espectáculo, ha de tener guionistas, intérpretes que compongan los personajes y, por supuesto, espectadores.

Habitualmente, quien escribe los guiones no aparece ante la vista de los espectadores. Es decir, éstos suelen tener un conocimiento difuso, mínimo o hasta inexistente del primero. Será el guionista quien generará los libretos, el texto que ha ser interpretado.

Podríamos arriesgar la hipótesis que quien crea el espectáculo está, en el mismo acto, creando al espectador.

Tomemos el ejemplo de los canales de noticias, paradigma del espectáculo del Siglo XXI: una nota cualquiera, sobre un tema común, por ejemplo, la inseguridad. La imagen mostrará al movilero, micrófono en mano, expresión grave, ensamblará un discurso ante la cámara, rodeado de “vecinos preocupados, pero alegres de salir en TV” de modo tal que, lo que los había convocado para testimoniar sobre un caso en particular, deviene un universal: “nos están matando a todos”.
Imagen con pregnancia, identificación al semejante que sufre lo que a mí me podría haber tocado. De esto se ocupan los zócalos y los comentarios, tanto verbales como gestuales, de los presentadores.
Pero no sólo ocurren estas cosas con lo que podríamos llamar “dramas personales” ligados a inseguridad. A veces hay hechos con consecuencias colectivas, como la utilización de parte de los fondos jubilatorios dedicados a sostener el nivel de empleo (por el cual se pagan las jubilaciones) rebautizados como “manotear la plata de los jubilados”, como si las R.I.P. AFJP hubieran sido garantía de un retiro digno. O el uso de parte del excedente de reservas del BCRA para bajar intereses de una deuda externa que, guste o no, nadie dejará de pagar.
En estos casos, suele aparecer un “experto”, por lo general con alguna responsabilidad en la generación o el incremento de dicha deuda, que pontifica sobre cuestiones tales como “generar confianza para que vengan inversiones”, criticar la “inseguridad jurídica” cuando tímidamente se intenta impedir algún expolio mayor como el que existía con los fondos de pensión, que terminaba pagando el estado para poder otorgar una jubilación mínima, y una larga lista de etcéteras.

Lo importante es que el show funcione, y en continuado. Porque el modelamiento de opinión supone una secuencia ininterrumpida, una continuidad en el tiempo y los temas que lo torne un mosaico homogéneo:”las posibilidades del desarrollo del país están ligadas a la libertad de los mercados y a la confianza que generemos en los inversores extranjeros”. En términos infantiles, lo bueno es lo privado y desregulado, lo malo es la inversión pública y un estado soberano, tendiente a una distribución más equitativa de la riqueza, aunque sea gradual, paulatina.

Al fin y al cabo, que en la era del espectáculo alguno de los significantes que más se escuche sea “escándalo” es un estricto acto de coherencia. Si alguien ve al hambre como escándalo en vez de cómo tragedia, es porque está mucho más interesado en el espectáculo del hambre que en su erradicación definitiva.

Concentración empresarial mediática, defensa corporativa de intereses comunes, el empeño del zapping muestra un abanico homogéneo, ley de medios y “otro avasallamiento”, esta vez a la libertad de prensa (entiéndase: negocios de empresas periodísticas). Aquí surge la figura del autoritarismo que sofoca las voces críticas, al periodismo independiente (me cansé de encomillar).

La apuesta fue crear un espectador indignado por la situación de inseguridad, a quien le robaron hasta sus fondos jubilatorios y a que además sojuzga al último baluarte que defiende sus derechos: la prensa independiente, por parte de los corruptos y soberbios que se niegan al consenso (más o menos, de acuerdo a las diferencias estilísticas de quien lo repita).
Esto implica, ni más ni menos, hacer de la opinión pública, una marioneta de los intereses privados. La supuesta libertad del pueblo es la de ser hablado por Otros.
Y es también la libertad de ser rehén de los negocios del Otro.

Calendario mediante, llegó el Bicentenario. Y acá es realmente donde empieza otra historia.

En un escrito anterior, Bicentenario y Singularidad, previo a los festejos, nos preguntábamos sobre qué se festeja del Bicentenario, y la conclusión a la que llegamos fue que se festeja la constitución del Nosotros en tanto sujeto colectivo, dándole a lo emocional el espacio que indudablemente merece. Aún dentro de la diversidad, hay en común ese ser argentino, que fue lo que el pueblo rescató en la calle, y justamente esta unión de diferencias lo constituyó en festejo popular.

Lo sorprendente, lo terriblemente emocionante que nos invadió a todos fue el abandono –circunstancial, pero real al fin- de la primacía de la pantalla: allí, poniendo el cuerpo en esas calles atestadas de gente, el pueblo dejó de ser espectador para devenir protagonista. No es casual que haya sido esta fecha la convocante para semejante fenómeno: es ni más ni menos que el conmemorar nuestro mito de los orígenes.

Uno de los aspectos que más impresionó fue el de, sobre un fondo de violencia siempre a punto de desatarse con la que nos bombardean los medios, simplemente nos unimos millones de personas para festejar en paz, junto con nuestras familias. Fue un golpe durísimo al terrorismo de opinión.


No nos ilusionamos pensando que la participación masiva implica necesariamente una conciencia política multiplicada, pero quizá constituya un síntoma temprano, un movimiento tendiente a des-alienarse, a dejar de ser espectador obligado del discurso único.
Romper con ese lugar de pasividad, lugar del que, sentado simplemente, mira como otros le construyen su propio universo, ese es el fantasma que vacila. El único seguro contra los espejismos de las pantallas es el de conocer los presupuestos que las animan, las ideologías que las conforman, los discursos que las sostienen. Dado que la realidad es una construcción, será el aporte de la diversidad lo que nos enriquezca, lo que nos permita redescubrir que otra escena es posible, porque la historia no está escrita de antemano.

Ocupar la escena es ocupar ese lugar simbólico del protagonista, ese sujeto constructor del Nosotros. Un Nosotros que con jovencísimos 200 años está dando sus primeros pasos. Podría ser, quizá, el Bicentenario la piedra basal para el retorno a los ideales del Mayo de los orígenes, para reescribir el texto de nuestro común destino: solidario, liberador, igualitario, dignificante.

2 Respuestas a "Argentina: Otra escena es posible"

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Anónimo dijo....

“CIUDAD DE DIOS“ Version Argentina

Marzo 26, 2010 | Por jaker2ilustrado |
Como empezar sin pintar una realidad honesta sincera pero demasiado cruel , una simple imagen podría hoy recorrer todo el mundo .
” Las casas fortificadas ” ya no importa la condición social ni los lugares céntricos o que tan lejos estas del cono urbano , todas están cercadas por gruesas rejas negras , en ventanas y puertas inclusive alrededor del perímetro , donde se vive .
Aprendimos a vivir encerrados y con cámaras a la calle , dando dos o tres vueltas antes de estacionar , mirando la muerte en cada instante , así se vive guste o no , esto es hoy Buenos Aires .
Casas muy humildes y en barrios pobres ya tienen como presupuesto indispensable colocar rejas de protección , los negocios todos perdieron el atractivo de sus vidrieras y sus fachadas por anteponer las ” gruesas rejas negras”.
El miedo paso a ser parte de nuestra vida cotidiana , quien puede creer que en un solo día tenemos 140 asaltos o mas , toma de rehenes , negocios desvalijados , un promedio de 3 o 4 muertos , secuestros virtuales que duran unas horas , luego de sacarles el dinero con mucha suerte llega vivo a su casa .
Los famosos country con medidas de seguridad extrema y toda la electrónica a disposición de nada les sirve a sus habitantes , cada semana roban en alguna vivienda y el personal de seguridad apenas es un dibujo.
Como poder explicar , que mientras a Ud. todavía no le tomaron declaración de su denuncia de robo , el delincuente salió primero a la calle y esta libre para tomar represalias contra Ud .
Quieren que les comente lo que ocurre en estos momentos mientras redacto esto.?
Bien , tenemos una pantalla roja en la TV. que dice :
Ultimo momento asalto de maxi quiosco con toma de rehenes y otro noticiero de otro canal al mismo tiempo :
Policía muerto por delincuente que salió de la cárcel ….
Que alguien me diga que hacemos con los muertos que ya llevamos en nuestros corazones , no fueron victimas de una guerra , si no de una politiquera absurda y mentirosa que vive muy ocupada en ganar votos para perpetuarse por cien años mas en el poder…
Este año alguien dijo:
El tema seguridad no esta entre los temas a tratar..( se acuerda.? )
Y luego nos piden un voto ..conmigo no cuenten ..
Chau
Jaker2

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Sujeto de la Historia dijo....

Hola.
Sería necio si negara que existen problemas de seguridad, como en todas las grandes concentraciones urbanas del mundo. No tengo a mano el dato, si no con gusto te lo paso, de las estadísticas que hablan de Buenos Aires como una de las ciudades más seguras de América. Nadie te va a decir qué hacer con los muertos, sencillamente porque nadie puede hacer mucho más que recordarlos y respetarlos. Pero si crees que esto es una guerra, y que la culpa es de una politiquera absurda y mentirosa, estimado., con todo respeto te digo que te equivocás. No creo que haya sido este gobierno, ni el anterior, el que llevó a gran parte del pueblo a una precariedad económica y social sin precedentes, obligándolo ya no a vivir, sino a sobrevivir. No creo que haya sido este gobierno el generador de la mayor inequidad social en los últimos 100 años.
No creo que haya sido este gobierno el que discrimina a alguien por tener la piel un poco más oscura que lo que le gustaría.
Si uno se guiara absolutamente por la pantalla que vos mismo me relataste, en la 9 de Julio debería haber habido todo tipo de delitos, violencia, incidentes, odios. Yo no ví ninguno.
Los millones que estábamos ahí, tampoco. Y en tu pantalla de TV, tampoco.
Eso sí, hablando de pantallas, fijate bien, que hay ciertas "temporadas" en que no tenés ni un tema ligado a la inseguridad, mágicamente deja de haber todos los delitos que mencionaste ? No, están machacando con otra cosa. En todo el conflicot con los sojeros no hubo inseguridad, con el tema de las reservas no hubo inseguridad.
Estoy seguro que no soy el dueño de la verdad; pero el apocalipsis que relatás, tampoco.
Muchas gracias por compartir estas inquietudes.
Saludos

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