Patricio Lons: Nuevo sitio web Historia con Patricio Lons .

Si no ahora, ¿Cuándo? .

Mundial. Tregua obligada para la política mediatizada, porque la atención anda por otros rumbos. En criollo: no hay la habitual oferta de cámaras.
Pero que las aguas de superficie (las visibles) estén quietas, no implica inmovilidad. Quizá lo novedoso no esté pasando tanto en el ámbito de la políticas partidarias y su show: la multiplicación de “PJ Disidentes” atropellándose por candidatearse, nadie sabe si dentro o fuera del PJ; la pulseada entre ClePto Cobos, ladrón de legitimidad, y Little Richard, que si pretende algún día conducir este país debería dejar de ser “hijo de”; la locura querellante de la alucinada bíblica, y el culebrón de los millonarios despechados; el político con nombre de árbol, pero con alma de planta trepadora, y otros aún menores. El pretendiente al papado y su claque dialoguista.

No. No se trata de ellos. La novedad, la corriente que está sacudiendo esta sociedad es la emergencia de otras cuestiones: la discusión por el aborto, la discusión por el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Y también podría decirse, la situación de los hijos, digámoslo así por ahora, irregularmente adoptados, de la viuda de Noble. Como caso testigo, no en tanto una excepción fortuita y aislada de una situación desgraciada.

¿Tendrán algún punto en común ambas cuestiones?

¿Por qué se da todo en este momento, y no en otro?

Una posible primera respuesta pasa por una palabra escrita pocas líneas arriba: emergencia. Metafóricamente podría decirse que algo que estaba sumergido, invisibilizado, emerge, de pronto se hace visible en la superficie.

Existía previamente, pero oculto, por debajo.

¿A qué nos referimos?

El amor, y las parejas del mismo sexo biológico, no son novedosos. Existen desde que hay cultura, es decir, desde que hay división de sexos. El asignarle este reconocimiento legal es, ni más ni menos, respetar sus derechos. Sean éstos del agrado o no de cada quien, los derechos son inalienables.

Análoga situación ocurre con el aborto, al cual absolutamente nadie quiere alentar, sino solamente reglamentar para que, de llegarse a esa situación, no se caiga en el negocio clandestino y mortal de las intervenciones ilegales, o aún las caseras, cuando no hay siquiera con qué pagar la ilegalidad.

Muchos de estos casos terminan en muertes. Muertes absolutamente evitables.

Esto es, la necesidad de adecuar nuestro marco de derecho para regularizar situaciones cotidianamente de hecho. Es decir, la Justicia aportando un ordenamiento.

Estas dos iniciativas han encontrado una oposición casi inquisitorial en ciertas minorías, mayormente –si bien no únicas- ultracatólicas. Suelen sostener, en relación a estos puntos, una verdadera militancia, una suerte de cruzada contra una inmoralidad que los aterra, los espanta.

Suelen declararse personas respetuosas de Dios y sus leyes, solidarias, profesantes del amor a su familia y a su patria, y, por supuesto, a sus instituciones (comenzando por la Santa Iglesia).

Caracteriza a este grupo social una posición económica media y alta; un discurso con tintes republicanos pero fuertemente teñido de xenofobia y racismo (aunque “tengan amigos” …) y, por sobre todas las cosas, un desprecio a las clases social, económica y culturalmente más postergadas.

Cultores del esfuerzo individual, toda asistencia del Estado no puede tener otra finalidad que la compra de lealtades.

En todo caso, para hacer caridad estará la Iglesia, asistiendo a “los pobres”.

Las tradiciones tienen fuerza de ley: la primera de ellas, es que somos el granero del mundo.

Lo interesante es constatar que estas mismas personas son las que suelen, expresándolo en términos clásicos, rasgarse las vestiduras, por el “atropello” y la “vejación” que sufre la familia Noble para determinar la identidad de Marcela y Felipe. De pronto, ese súmmum de la moral cristiana entra en flagrante contradicción; ¿Cómo puede, en nombre de la moral y el respeto, obstaculizar por todos los medios posibles, y aún condenar la búsqueda de la verdad?

Habrá que ver qué es lo que habilita a algunas personas a condenar tan enérgicamente una unión homosexual o un aborto terapéutico y, al mismo tiempo, justificar una posible apropiación de hijos de desaparecidos. ¿Será ésta la tan mencionada defensa de la familia? ¿O quizá sea la obediencia debida al mito de la impunidad de los poderosos? Obediencia debida que colocó hijos de desaparecidos donde quienes regularon el mercado de la muerte también regularon el mercado de las apropiaciones.

Parecería ser, en todo caso, la defensa de un mundo que se derrumba.

Poco a poco van cayendo las ficciones de la regulación social del mercado, del derrame de las sobras de los ricos cayendo sobre los pobres, del rol asistencialista de la Iglesia, de la necesidad de las ganancias extraordinarias para el capital concentrado, a fin de promover las famosas “inversiones externas”, las que obviamente requieren “seguridad jurídica”…

Junto a esto, también va quedando muy en claro qué sectores de nuestra sociedad intentan sostener ese statu quo, y se va conformando la divisoria de aguas con el otro sector, que busca el cambio cultural, social, político y económico.

No se trata, pues, solamente de una disputa entre dirigentes.

Se tratará, ni más ni menos, de una batalla que también deberemos librar los ciudadanos comunes: contra nuestros prejuicios, contra tantos años de desculturalización nacional, popular y solidaria.

Y contra tanto hijo de puta que aún anda suelto.


Fuente: http://enredandopalabras.blogspot.com

Argentina: Otra escena es posible .

Vivimos en una época de pantallas; estamos habituados, ya de modo casi mecánico, a percibir el mundo y la realidad, filtrados por nuestras pantallas.
Las imágenes han ido ganando cada vez más terreno, y ciertos medios, como el televisivo, se tornaron conquistadores de los hogares. Conquista que no por incruenta dejó de ser eficaz en la transmisión de ciertos discursos, en el modelamiento de corrientes de opinión funcionales a determinados intereses económicos y políticos.

Así, para muchas personas, y con las variaciones propias de cada singularidad, estas pantallas representan el escenario donde se despliega el espectáculo del mundo.

Como todo espectáculo, ha de tener guionistas, intérpretes que compongan los personajes y, por supuesto, espectadores.

Habitualmente, quien escribe los guiones no aparece ante la vista de los espectadores. Es decir, éstos suelen tener un conocimiento difuso, mínimo o hasta inexistente del primero. Será el guionista quien generará los libretos, el texto que ha ser interpretado.

Podríamos arriesgar la hipótesis que quien crea el espectáculo está, en el mismo acto, creando al espectador.

Tomemos el ejemplo de los canales de noticias, paradigma del espectáculo del Siglo XXI: una nota cualquiera, sobre un tema común, por ejemplo, la inseguridad. La imagen mostrará al movilero, micrófono en mano, expresión grave, ensamblará un discurso ante la cámara, rodeado de “vecinos preocupados, pero alegres de salir en TV” de modo tal que, lo que los había convocado para testimoniar sobre un caso en particular, deviene un universal: “nos están matando a todos”.
Imagen con pregnancia, identificación al semejante que sufre lo que a mí me podría haber tocado. De esto se ocupan los zócalos y los comentarios, tanto verbales como gestuales, de los presentadores.
Pero no sólo ocurren estas cosas con lo que podríamos llamar “dramas personales” ligados a inseguridad. A veces hay hechos con consecuencias colectivas, como la utilización de parte de los fondos jubilatorios dedicados a sostener el nivel de empleo (por el cual se pagan las jubilaciones) rebautizados como “manotear la plata de los jubilados”, como si las R.I.P. AFJP hubieran sido garantía de un retiro digno. O el uso de parte del excedente de reservas del BCRA para bajar intereses de una deuda externa que, guste o no, nadie dejará de pagar.
En estos casos, suele aparecer un “experto”, por lo general con alguna responsabilidad en la generación o el incremento de dicha deuda, que pontifica sobre cuestiones tales como “generar confianza para que vengan inversiones”, criticar la “inseguridad jurídica” cuando tímidamente se intenta impedir algún expolio mayor como el que existía con los fondos de pensión, que terminaba pagando el estado para poder otorgar una jubilación mínima, y una larga lista de etcéteras.

Lo importante es que el show funcione, y en continuado. Porque el modelamiento de opinión supone una secuencia ininterrumpida, una continuidad en el tiempo y los temas que lo torne un mosaico homogéneo:”las posibilidades del desarrollo del país están ligadas a la libertad de los mercados y a la confianza que generemos en los inversores extranjeros”. En términos infantiles, lo bueno es lo privado y desregulado, lo malo es la inversión pública y un estado soberano, tendiente a una distribución más equitativa de la riqueza, aunque sea gradual, paulatina.

Al fin y al cabo, que en la era del espectáculo alguno de los significantes que más se escuche sea “escándalo” es un estricto acto de coherencia. Si alguien ve al hambre como escándalo en vez de cómo tragedia, es porque está mucho más interesado en el espectáculo del hambre que en su erradicación definitiva.

Concentración empresarial mediática, defensa corporativa de intereses comunes, el empeño del zapping muestra un abanico homogéneo, ley de medios y “otro avasallamiento”, esta vez a la libertad de prensa (entiéndase: negocios de empresas periodísticas). Aquí surge la figura del autoritarismo que sofoca las voces críticas, al periodismo independiente (me cansé de encomillar).

La apuesta fue crear un espectador indignado por la situación de inseguridad, a quien le robaron hasta sus fondos jubilatorios y a que además sojuzga al último baluarte que defiende sus derechos: la prensa independiente, por parte de los corruptos y soberbios que se niegan al consenso (más o menos, de acuerdo a las diferencias estilísticas de quien lo repita).
Esto implica, ni más ni menos, hacer de la opinión pública, una marioneta de los intereses privados. La supuesta libertad del pueblo es la de ser hablado por Otros.
Y es también la libertad de ser rehén de los negocios del Otro.

Calendario mediante, llegó el Bicentenario. Y acá es realmente donde empieza otra historia.

En un escrito anterior, Bicentenario y Singularidad, previo a los festejos, nos preguntábamos sobre qué se festeja del Bicentenario, y la conclusión a la que llegamos fue que se festeja la constitución del Nosotros en tanto sujeto colectivo, dándole a lo emocional el espacio que indudablemente merece. Aún dentro de la diversidad, hay en común ese ser argentino, que fue lo que el pueblo rescató en la calle, y justamente esta unión de diferencias lo constituyó en festejo popular.

Lo sorprendente, lo terriblemente emocionante que nos invadió a todos fue el abandono –circunstancial, pero real al fin- de la primacía de la pantalla: allí, poniendo el cuerpo en esas calles atestadas de gente, el pueblo dejó de ser espectador para devenir protagonista. No es casual que haya sido esta fecha la convocante para semejante fenómeno: es ni más ni menos que el conmemorar nuestro mito de los orígenes.

Uno de los aspectos que más impresionó fue el de, sobre un fondo de violencia siempre a punto de desatarse con la que nos bombardean los medios, simplemente nos unimos millones de personas para festejar en paz, junto con nuestras familias. Fue un golpe durísimo al terrorismo de opinión.


No nos ilusionamos pensando que la participación masiva implica necesariamente una conciencia política multiplicada, pero quizá constituya un síntoma temprano, un movimiento tendiente a des-alienarse, a dejar de ser espectador obligado del discurso único.
Romper con ese lugar de pasividad, lugar del que, sentado simplemente, mira como otros le construyen su propio universo, ese es el fantasma que vacila. El único seguro contra los espejismos de las pantallas es el de conocer los presupuestos que las animan, las ideologías que las conforman, los discursos que las sostienen. Dado que la realidad es una construcción, será el aporte de la diversidad lo que nos enriquezca, lo que nos permita redescubrir que otra escena es posible, porque la historia no está escrita de antemano.

Ocupar la escena es ocupar ese lugar simbólico del protagonista, ese sujeto constructor del Nosotros. Un Nosotros que con jovencísimos 200 años está dando sus primeros pasos. Podría ser, quizá, el Bicentenario la piedra basal para el retorno a los ideales del Mayo de los orígenes, para reescribir el texto de nuestro común destino: solidario, liberador, igualitario, dignificante.

Bicentenario y Singularidad .

(Reflexiones sobre los Post “El argentino más pobre, sabrá de qué se trata el Bicentenario” y “Ajenos al Bicentenario”) de “La Cosa y la Causa”

Una maravillosa frase freudiana dice: “dilucidar el estado originario es siempre asunto de construcción”.

La construcción a la que alude es, justamente, la construcción mítica. Un recubrimiento del orden simbólico sobre el agujero de un origen perdido, una inscripción significante que opera organizando el mundo.

Eva Row escribe dos textos: uno, preguntándose, sobre el fondo de la inequidad de nuestra sociedad, qué implicará el Bicentenario para los excluidos del sistema, los expulsados de la economía, de la educación, del trabajo formal, de la atención digna de la salud; se interrogará sobre su registro. El segundo, en cambio, se refiere a quienes, desde una ubicación harto diferente en la escala social, sostiene una postura entre prescindente y negativa ante el acontecimiento.

Los dos textos, su mutua implicancia, llevan, entre varias, a una pregunta directriz: ¿Qué es lo se que festeja del Bicentenario? Puedo decir lo que hace eco en mí: lo que se festeja es el acto inaugural, mítico, de la fundación del “Nosotros”. Festejamos el parirnos a la historia, el Acto de constitución del Nosotros, diferenciado, disruptivo del estatuto previo, reacomodamiento de las significaciones preexistentes.
Porque de lo que se trata es de la eficacia simbólica, los efectos que genera.

Veamos un poco lo dicho en los textos enfocándolo desde esta hipótesis. Cuando Eva se pregunta por “el argentino más pobre”, y establece una dualidad especular entre el rico en desposeimiento y el burgués que más o menos flota (generalidad de quien escribe y leerá estas líneas), apela a –resumo- categorías del “tener”, relacionadas con la posición relativa ocupada, ya sea dentro ó en los márgenes de la sociedad; su pregunta, entonces, será si su situación cuasi paria hará que queden simbólicamente “por dentro” ó “por fuera”.
Cuando se / nos plantea la pregunta, especulo que, donde hubiera esperado un reconocimiento a la fecha y una adhesión, jóvenes escritores con blogs progresistas, populares, libertarios, encontró desdén y hasta desprecio.
Es decir, no sabemos si encontró respuesta a su primera pregunta, pero encontró lo que no hubiera querido encontrar en otro lado, lo que la llevó a escribir su “ajenos”.

Me parece sumamente interesante el “ajenos”. Porque, no recurro al diccionario, sino al lenguaje compartido por todos, lo ajeno es lo de los otros. Y notemos que veníamos hablando, si nuestra hipótesis es correcta, del nosotros. Entonces ya no hablamos del tener, hablamos del ser; es decir, hablamos del sujeto. Entonces, vale tanto para la pregunta por el excluido como para la del que se aparta.

Nacional y popular, Discépolo diría que, en el punto del sujeto, estamos como en Cambalache: en el mismo lodo, todos manoseaos. Ricos y pobres, cultos y privados de escolarización, al fin y al cabo, daremos una respuesta desde nuestra subjetividad, en virtud de nuestras novelas familiares, deseos, frustraciones, logros, fracasos, experiencias significantes que dejan su huella en nosotros.

Se podrá decir, como en el caso de los jóvenes que permanecen ajenos u opuestos que, como su visión de la historia les indica que no se trató de una auténtica revolución (como si de éstas hubieran existido muchos casos), no tiene sentido el festejo.
Quizá algunos de esos pobres extremos que mencionaba Eva no comprenda muy claramente qué es lo que se festeja, pero sepa que le concierne, mientras que probablemente algunos de nuestros jóvenes no se sientan identificados.

No deberían extrañar diferencias marcadas entre generaciones que hoy tienen 45 años y más, y quienes tienen menos de 35 años. Tanto el mundo en general, como Argentina en particular han experimentado enormes cambios culturales en una corta cantidad de años.

Tengo opinión formada sobre la Revolución de Mayo. No es relevante para nadie, salvo para mí quizá. Probablemente tenga algunos puntos de acuerdo y otros de desacuerdo con lo que piensan estos jóvenes. Es lo que menos importa.

Porque, en todo caso, también forma parte de la subjetividad festejar no solamente con lo racional, sino con lo emotivo. Está en juego el orden de la apropiación en su sentido pleno: el movimiento de hacer de algo lo propio. Un propio compartido: el nuestro.

Porque la patria no es solamente la historia y la política, son nuestros poetas, escritores, músicos, Madres, Abuelas, laburantes, estudiantes, los pibes.
No pienso regalar la palabra patria a los que siempre la tomaron como propiedad privada; tampoco voy a discutir con quien no se sienta convocado ni partícipe.

Simplemente se trata de festejar 200 años de nosotros; algunos se lo perderán. Yo prefiero disfrutar de esta emoción.

Obstinación de la Memoria .

Síganme, no los voy a defraudar
Un Peso, un Dólar / el alumno modelo del FMI
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Atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA
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Bernardo & Mariano, Hadad & Longobardi : Menem es rubio y de ojos celestes.
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Broda, Melconian, etc / la confianza, los inversores extranjeros
Kohan, Corach, Asís, Manzano
Los vuelos por la estratósfera
Cavallo llorando con Norma Pla
Las “Privatizaciones” / Pizza y Champagne
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Anillaco, casa y pista
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Contrabando de armas a Ecuador / Explosión de Río Tercero
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Ruckauf : meter bala a los delincuentes
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Coimas en el Senado
Renuncia de Chacho Alvarez
Antonito y el grupo Sushi, Shakira
Mega®canje y Blindaje
Corralito, Corralón.
Protesta Popular, represión y muerte.
El Helicóptero.
Asambleas Populares: que se vayan todos
Multiplicación de las ollas populares
No sé cuantos “presidentes” en dos semanas
Declaración del Default / ovación a Rodríguez Saa
Proclamación de Duhalde / Megadevaluación y pesificación asimétrica
El que puso dólares recibirá dólares
Patacones y lecops
Kosteki y Santillán, asesinato en Puente Pueyrredón

Y tantas, tantas cosas más que en este momento no recuerdo.
Todo esto ha pasado solamente entre 1990 y 2003, en un sufrido país que está a punto de cumplir 200 años. Todos estos tipos siguen estando, algunos en el Congreso, otros son dueños de medios o “exitosos empresarios”.

Créanme, en 2011 no seré un votante indeciso…

Guerra de Cuarta Generación, Primera parte: Sus orígenes .


Muchos son los artículos en internet que tocan el tema de la guerra de cuarta generación. Muchos se basan directamente en los lineamientos descritos por William Lind, quien publicó por primera vez el concepto de esta doctrina por encargo del ejercito norteamericano. Los artículos de Lind generalmente contienen inexactitudes con los que respecta a la historia de la guerra y por ende la definición misma de lo que es un conflicto de cuarta generación. Lind, aunque describe a la perfección las tres primeras generaciones de guerra, no menciona las razones por las que se hicieron los saltos de un tipo a otro, y también omite una fase, híbrida entre la tercera y la cuarta generación. Pero empecemos por el principio.

Historicismo de la barbarie



La guerra en sentido moderno puede dividirse en etapas. Una "prehistoria" de la guerra comprende todo período anterior a la invención de la pólvora, no porque sea una etapa homogénea, sino porque cada ejército poseía una estrategia característica y todo en su formación estaba dispuesto para llevarla a cabo. Pensemos en los partos y su ataque y retirada, los aztecas que no mataban, sino tomaban prisioneros, o los romanos con sus artilugios de guerra. Desde 1648, con la firma de la Paz de Westfalia, se dio un paso importante en la estrategia de guerra por dos razones:

  1. Los estados monopolizaron el control de la guerra que era antes practicada por clanes, caudillos, familias, etc...
  2. La religión dejó de ser un motivo para entrar en guerra, al menos en Europa


Aquí la cosa empieza a tomar otro caríz y podemos hablar de etapas más claras en lo que respecta a la estrategia militar:
La primera etapa que empieza con la firma misma del tratado crea una cultura militar (por contradictorio que suene el término), en la que se produce la distinción entre militares y civiles, se establecen rangos claros y formales, se fijan uniformes y saludos en función de esos rangos. Aunque si bien en lo formal se aplicaba un orden estricto, en la práctica el campo de batalla era bastante más desordenado de lo que se pretendía y se seguía con la costumbre de mantener líneas organizadas hasta el momento de cargar contra el enemigo, cosa que era más una estampida que una formación. Con la introducción de armas de fuego potentes y las primeras piezas de artillería y metralla la arremetida era suicidatransparente. Esto fue aplicado por sus mismos desarrolladores en Haiti, Saint Domingue en aquella época. No obstante François Dominique Toussaint realiazó un excelente trabajo de entrenamiento en los esclavos liberados por su gobierno. Si bien los franceses tomaron Haití, uno de sus planes era el de restablecer la esclavitud, cosa que no pudieron lograr, aún cuando Loverture, apodo de Toussaint, fue encarcelado en Francia. Hace su primera aparición el ideal liberador como disruptor de las estrategias de guerra imperiales. ¿Qué ocurre cuando Europa se ve derrotada no solo en Haití, sino en todo el continente?

Antes de la primer guerra mundial se teorizó un nuevo tipo de estrategia y durante la primer guerra mundial se pone en práctica una respuesta tanto a la falta de disciplina como al uso de artillería que marcaría el paso a la segunda generación de estrategia. Se estableció un mando centralizado que sincronizaba el uso masivo de piezas de artillería para desgaste y una vez que quedaba poca o nada resistencia los soldados procedían a la ocupación. Cada plan era cuidadosamente sincronizado y se imponía la disciplina a cualquier costo porque la falta de esta podía desincronizar a los soldados poniendo toda una operación en peligro. ¿Esto les suena? Según William Lind, uno de los ideólogos de la guerra de cuarta generación, el ejército de EEUU sigue usando ese modo de guerra.


Pero este tipo de guerra se vería definitivamente derrotado durante la segunda guerra mundial. La guerra de tercera generación se llamó originalmente Blitzkrieg (guerra relámpago) y fue aplicado por los nazis para ocupar territorios como Polonia y Francia. La guerra de tercera generación no se basa tanto en el poder de fuego, sino en neutralizar el poder de fuego de enemigo mediante maniobras rápidas y certeras. Un caso ejemplar fue la invasión alemana a Francia, protegida por la Línea Maginot, paradigma de guerra de segunda generación y derrotada por las fuerzas transparenteinvasoras nazis, paradigma de guerra de tercera generación. Los alemanes rodearon la línea Maginot y la pulverizaron con relativamente poca resistencia dada la mayor movilidad de sus piezas acorazadas y transporte aéreo de tropas. Si bien la guerra de tercera generación parecía la única forma de lucha en su época, la guerra de guerrillas probó derrotarla. Las bases alemanas hostigadas por los Maquís, resultaban fatalmente heridas antes de que los aliados retomaran Francia. Aún después de la segunda guerra mundial los grupos guerrilleros que proliferaron en nuestro continente dieron unos cuantos golpes fatales a los ejércitos "estatales". tómese como ejemplo los casos de Cuba y Nicaragua. Si analizamos el accionar guerrillero, posee una movilidad superior a cualquier tropa a pie dado su conocimiento del terreno, si bien no posee medios aéreos de transporte ni tanques en su primera fase, la de acumulación de fuerzas. Así que, ¿Los guerrilleros son mejores en guerra de tercera generación que los ejércitos nacionales?


Conviene no olvidar que un ejército guerrillero es un grupo reducido en un principio, la guerra de guerrillas prolifera si y solo si son capaces de lograr el apoyo del pueblo no armado, es este quien provee inteligencia sobre el enemigo, y los vaqueanos de cada zona son los que dan a la guerrilla la ventaja crucial acerca del terreno, permitiendo la ventaja total sobre las fuerzas opresoras. Dos casos fundamentan esto, dos tristes casos debo agregar:

El añejo enfrentamiento entre FARC y diversos ejércitos paramilitares en Colombia:
Si bien existe un equilibrio relativo de fuerzas entre ambos bandos, los paramilitares subsisten gracias a la financiación de narcotraficantes e inversiones extranjeras
La derrota del Comandante Che Guevara en Bolivia:
Su derrota fue solo posible cuando la población circundante al campamento se negó por ignorancia o miedo a brindar su apoyo

Sintetizando, la cuestión de la guerrilla contra los ejércitos de tercera generación se reduce a la letra de una canción: "Son pequeñitos pero con unos corazones así de grandes". En respuesta los ejércitos adoptaron nuevas estrategias anteriores a la guerra de cuarta generación.



Guerra de 3.5 generación


La generación tres y medio fue desarrollada en un contexto en el que la guerra no era librada contra un adversario no estatal, esto es, fue pensada para que un estado domine aniquile un adversario interno.

En 1951, durante la guerra de Indochina los franceses tomaron el "Libro Rojo" de Mao como punto de partida para el desarrollo de una doctrina para destruir el vínculo entre grupos armados insurgentes y su retaguardia popular. En Argelia, donde se venía desarrollando una guerra de liberación contra el dominio francés estas tácticas fueron aplicadas y pulidas. El conjunto de tácticas de tortura, asesinato y desaparición fue llamado posteriormente "guerra sucia" dado su carácter canallesco. Según esta doctrina de guerra se encarcelaba y torturaba a cualquier civil sospechado de colaborar con grupos armados. Se lo torturaba con dos funciones. La primera era conseguir información, si esta era la finalidad una vez conseguida se lo mataba y se hacía desaparecer su cadáver. Si el individuo podía ser de utilidad con vida se lo torturaba con el fin de quebrarlo y usarlo más adelante como informante o testigo. Cuando dejaba de ser de utilidad se procedía igual que con los primeros.

El uso de fuerza bruta producía dos efectos adversos para los franceses. Primero la promesa del uso de la tortura, matanzas y la distribución informal de drogas que se hacía a los encargados de estos menesteres atraía a los peores y esto los hacía extremadamente impopulares. A tal punto eran mal vistos por la población que en lugar de cumplir su función de disrupción, esta doctrina solo incrementó la participación popular en los movimientos de liberación vietnamita y argelino.

La segunda desventaja se vio cuando la guerra sucia fue exportada a nuestro continente. Si bien Los regímenes que la aplicaron, como por ejemplo el instaurado en la Argentina con el golpe de estado de 1976, cayeron bajo su propio peso. Los militares realizaron una entrega obscena del país a los inversores del golpe, llámese los Estados Unidos y grupos privados internacionales. En los asuntos de estado los militares fueron ineptos. Aunque cambiaran los nombres de los gobernantes el régimen militar seguía sin legitimidad institucional y daba una terrible imagen del intervencionismo norteamericano. Esta forma de hacer guerra fue, entonces un híbrido de las dos generaciones anteriores y la siguiente, el uso de armas de fuego fue escencial. Se movilizaron grandes ejércitos férreamente disciplinados y números reducidos de escuadrones especializados dedicados a aniquilar la capacidad operativa del adversario a través de la fuerza. Estos dos "tipos" de ejército corresponden a la segunda y tercera fase de la guerra respectivamente, pero además, se usaron operaciones psicológicas que aunque un tanto rudimentarias encajan en el perfil de la cuarta fase. Es importante destacar que dada la asimetría de las fuerzas en conflicto, el estado enmascaró su rol convirtiéndose en un estado terrorista forzado a desaparecer a sus adversarios y subvertir la realidad para ocultar su verdadera posición dentro de la guerra.

Lo que la Plaza nos reclama .

Si hay un lugar en el mundo donde siempre se puede ser argentino, es en su superficie.

Dondequiera se esté, evocarla es trasplantarse, echar raíces.

Se me ocurre que tiene una secreta vida propia, y más aún, el don de la memoria: ante su mirada atenta, los hechos se convirtieron en el relato que nos funda.

Parturienta de la historia, en su seno se festejó la victoria sobre la rubia albion y se produjo el grito libertario de 1810. Presenció gestas populares y golpes de cipayos.

Lugar en donde la masa se hizo pueblo rescatando a quien supo y quiso dignificarlo; donde un balcón se convirtió en el centro del universo y quienes vivaban a su líder aprendieron que allí estaban juntos, no amontonados.

Conoció de renunciamientos, de bombardeos cobardes, del odio desatado, de la prepotente usurpación del poder popular. Cuántas veces, cuanta infamia.

Sufrió la más oscura de las noches, la de los asesinos, sedientos de sangre joven, sea de quienes luchaban por un país más justo, sea de los inmolados en el Atlántico Sur en nombre de la eternización en el poder de los perversos.Conoció el día después de la larga noche, las felices pascuas, los pactos ruines. Los pobres empobreciéndose hasta límites insospechados, los ricos enriqueciendo hasta lo obsceno.

En el inicio del nuevo milenio, retorno de las muertes por viejos motivos: la inequidad extrema que estalla. El helicóptero sube, las persianas de las industrias bajan, los templos del dinero se cercan.


Madre-Plaza, también ella supo, a partir de la ausencia, crear madres y abuelas. Y en el mismo acto, crear hijos y nietos. Que somos todos nosotros: pueblo.

Hijos y nietos de tanto sufrimiento, de tanta postergación, de tanto sueño trunco, por la muerte, por la vida injusta, trunco por la falta de oportunidades y la sobra de necesidades.

Pero nos estamos pariendo. De Moreno y Castelli. De Alem, Yrigoyen. De Perón y Evita. De Scalabrini Ortiz y Jauretche. De Ernesto Che Guevara. Y de tantos otros que fueron marcando una huella que seguimos. Nos reunimos con Artigas, Bolívar, Tupac Amaru. Nos encontramos con San Martín; Belgrano, Juana Azurduy .Con los pueblos originarios, con los desheredados. Volvemos a ser lo que nunca debimos abandonar: nuestro ser latinoamericano.


Por ellos, por todos ellos, hoy estamos luchando porque la justicia llegue, aunque tarde, pero llegue. Y que alcance a uniformados matadores y a los civiles que los llamaron. Cada uno de ellos supo matar a su manera.


Por eso hoy la lucha es porque ningún pibe tenga hambre, que sus padres tengan trabajo digno, acceso pleno a la salud, la educación, a la cultura, a la igualdad de oportunidades.


Que no se engañen los soberbios y sectarios de discurso dominante, único e iluminado. La tarea del campo popular es hoy la unidad en la diferencia, la fecunda tensión de las ideas, y no el desvitalizado consenso, el vulgar acuerdo de cúpulas propuesto como paradigma de lo democrático.

La Plaza de los argentinos, nuestra plaza, lo reclama. Nos reclama: igualdad, inclusión, dignidad.

Quien quiera oír, que oiga.

Ex bloguero K cuenta su verdad .

Tomamos este excelente post del blog de Mancuso:

Hemos tenido acceso a un documento exclusivo.

Las declaraciones de un importante protagonista de estos tiempos de CRISPACIÓN que padecemos.

Habla un bloguero K que intimidaba a los sacrificados escribas y empleados de los multimedios y el monopolio.

Nos cuenta los pormenores de las operaciones contra los periodistas independientes y la instalación del miedo en la sociedad...

LEY DE MEDIOS YA!

¡Participá!